jueves, 24 de noviembre de 2011

2.700 ideas contra la violencia machista

Un concurso internacional premia carteles para concienciar contra las agresiones a mujeres.-La reina Sofía ha entregado el galardón esta tarde a una diseñadora danesa

EL PAÍS | Madrid 24/11/2011


Sí, en Europa también. La violencia contra las mujeres es una plaga en países ricos y pobres: afecta a una de cada tres en el mundo, según la ONU. De ahí que su Centro Regional de Información para Europa Occidental (UNRIC), con la colaboración de ONU Mujeres, haya puesto en marcha un concurso de carteles para denunciar el problema. La reina Sofía ha entregado esta tarde en el Caixafórum madrileño el premio a la ganadora, la diseñadora danesa Trine Sejthen.

"Quiero que la gente piense que esta mujer podría ser cualquiera, no se puede saber si es rica o pobre, podría ser tu hermana, una amiga o alguien que se sienta a tu lado en el autobús", dice la ganadora. Y sí, así es. Los datos indican, por ejemplo, que Noruega rivaliza con sus vecinos nórdicos por el título mundial del país con mayor igualdad entre los sexos, pero parece -según indica la periodista Katrin Benhold, en The New York Times- que esta equidad se acaba en al puerta del dormitorio.

Benhold cita que en Escandinavia la violencia sexual contra las mujeres comparte características propias de sociedades más desiguales: es demasiado habitual y rara vez se denuncia, y es aún más raro que quienes la cometen sean condenados. Los antiguos prejuicios sobre las prerrogativas masculinas y las suposiciones modernas sobre la emancipación femenina conspiran para erigir un muro de silencio, vergüenza y ambigüedad legal.

Una de cada 10 mujeres noruegas de más de 15 años ha sido violada, según la organización para mujeres más grande del país, el Movimiento Refugio, cita la reportera del rotativo neoyorquino. Pero al menos el 80% de esas violaciones no llega a denunciarse oficialmente, y solo el 10% de los casos termina con una condena, según el Ministerio de Justicia.

Al concurso, titulado Di no a la violencia contra las mujeres se han presentado más de 2.700 carteles procedentes de 40 países. Una selección se exhibirá en exposiciones en distintos países, como Dinamarca, Francia o Rusia.

Carteles contra la violencia de género

FOTOS - - 18-11-2011


martes, 22 de noviembre de 2011

REPORTAJE: INVESTIGACIÓN "¡Dios, patria, Yunque!"

Es el grito de iniciación de un grupo constituido por "mitad monjes, mitad soldados, ávidos de poder", cuenta a EL PAÍS uno de sus antiguos miembros. La Iglesia dice que no hay peligro

JOSÉ LUIS BARBERÍA 20/11/2011

Acepto integrarme a la organización nacional del Yunque asumiendo la lucha por el reinado de Cristo en España como actividad primordial de mi vida. Juro guardar la más absoluta reserva sobre la existencia de la organización, sobre sus integrantes, acciones y estrategias. Juro también obedecer a sus mandos y ejercer responsablemente como jefe cuando así me fuera indicado. Juro como caballero cristiano defender aun a costa de mi vida este instrumento que Dios nos ha dado para instaurar su reinado en la Tierra". Sentado a la mesa de una cafetería madrileña, este antiguo activista del Yunque, una organización secreta supuestamente enraizada en numerosos movimientos de la ultraderecha española, recita de corrido el juramento de fidelidad que prestó años atrás y le cambió su vida.

Según el testimonio, el rito de iniciación de esa sociedad secreta tiene un acusado carácter militar. "Somos una milicia" (...) "Tú no has elegido venir aquí, tú has sido elegido y a partir de hoy formarás parte de una casta de elegidos. Nuestra lucha es la de los cruzados, la de los cristeros" (...) "Si tus intenciones fueran traicionarnos o llegaran a desviarse de algún modo, en cada uno de nosotros encontrarás un juez justiciero", advierte el oficiante de la ceremonia de admisión, que se clausura con la consigna a coro: "Compañeros y hermanos, ¡stad firmus ut incus percusat!" ("estad firmes como yunque golpeado") y los gritos: "¡Dios! ¡patria! ¡Yunque!", acompañados de sonoros golpes sobre la mesa. El testigo prosigue: "No soy el primero que ha salido de ahí con graves secuelas patológicas, ni seré el último. Es una organización política-religiosa destructiva que actúa como una auténtica mafia. A mí me rompieron anímicamente en cuanto vieron que empezaba a alejarme. Me prepararon una emboscada durante la ceremonia de María Reina, uno de los ritos anuales que, junto al de Cristo Rey y el de fidelidad al Papa y al fundador, Ramón Plata, se considera de obligado cumplimiento. Me humillaron, se mofaron de mis padres e hicieron correr la voz de que me drogaba e iba de putas. Era mentira, pero mi novia, que estaba en Pre, la fase previa al ingreso, me abandonó y el mundo se me vino encima".

Es un hombre joven, todavía en la treintena, atento y delicado, que trasluce reserva, introspección y un punto de amargura. Dice que ha rehecho su vida afectiva y profesional y que si habla es para alertar a los jóvenes de los peligros de su antigua organización, también llamada Asociación del Bien Común, la Orquesta, la Banda de Música, o, como les denominan sus detractores, los Mariachis. Prefiere que no se publique su nombre porque sabe del poder de esta sociedad secreta que hunde sus raíces en el integrismo religioso y el ultraderechismo político. Y teme posibles represalias.

-¿Qué pretende el Yunque?
-Como organización de católicos mitad monjes, mitad soldados, buscan santificarse a través de la lucha política y su objetivo es conquistar el poder. Es una estructura jerarquizada que se rige por el lema: "El que obedece no se equivoca". Se solapan en la Iglesia, invocando a los obispos y al Papa con un discurso ético y cristiano, y en las organizaciones políticas y mediáticas de la derecha. En México, donde surgieron, se les vincula más con el nacionalcatolicismo. Hay dos tipos de saludo para uso interno: el corto consiste en llevarse el puño al corazón y el largo en extender el brazo en alto con el puño cerrado.

-¿Creen en la democracia?
-En principio, se asume la doctrina social de la Iglesia, que considera que, pese a sus defectos, la democracia es un sistema más justo que otros. Pero también estudiábamos el libro de Jean Ousset Para que él reine, que sostiene que la legitimidad del político gobernante procede directamente de Dios y que por tanto solo debería responder ante el Supremo Hacedor. Es una tesis asimilable al fascismo italiano y al nacionalcatolicismo español, donde el Caudillo solo responde de sus actos ante Dios y ante la Historia. Ellos se sirven de la democracia y de las personas para sus fines. Tú no puedes decir a nadie que eres del Yunque, tienes que decir que eso son bulos.

Según su testimonio, el Yunque está organizado en células estancas, de forma que pueda hacerse efectiva la regla: "No conozcas más que lo estrictamente necesario". Dice que ignora el número de sus miembros y que hay mandos nacionales e internacionales. "Nuestros enemigos eran la masonería, el movimiento homosexual, el feminismo, las uniones de hecho, el aborto, el marxismo y, por supuesto, el sionismo. Relativizaban mucho lo del Holocausto. '¡Qué pesados se ponen con eso!', exclamaban. También negaban que la Inquisición hubiera sido nefasta".

-¿Cómo acabó usted en el Yunque?
-Soy una persona religiosa. Al ingresar en la universidad, un amigo del colegio que estaba en Pre me invitó a hacer el Camino de Santiago con chicos y chicas de la asociación Alfil. Me encontré con gente culta que tenía ideas e inquietudes y un programa de acampadas, oración, peregrinaje y visitas culturales. Para mí, suponía una alternativa al botellón, a la vida sin compromisos. Teníamos cursos de formación. Los teóricos los hacíamos en conventos de monjas y los de autodefensa en campamentos de los Pirineos o de las sierras de Madrid y Gredos, a veces en puntos estables y otras de forma itinerante. Nos adiestraban en la lucha personal y teníamos que pelearnos entre nosotros: valía todo, también las patadas en los testículos, en la cabeza o el hígado. Había castigos físicos, violencia, pero nunca vi un arma de fuego. Aunque entonces no lo sabía, en esos cursos ya había elefantes amaestrados, que es como se llama a los miembros orgánicos del Yunque.

-¿Qué requisitos exigen para ingresar en esa sociedad?
-Entrar en Pre era relativamente fácil. Sobre todo, si residías en el barrio madrileño de Salamanca y pertenecías a familias bien, conservadoras, aunque últimamente han abierto mucho la mano. Pero entrar en el verdadero Yunque era muchísimo más difícil. Antes, tenías que pasar un EO (examen orgánico) muy selectivo en el que evaluaban datos sobre tu personalidad, familia, opiniones, aficiones, aportados por quienes proponían tu ingreso. Entre otras cosas, te pedían los ocho apellidos para descartar ascendientes judíos. Tener algún apellido judío, "marrano", no implicaba forzosamente la exclusión, pero casi. Me quedé de piedra cuando me revelaron el gran secreto de que existía una "organización superior".

-¿Dónde, cómo se produjo su ingreso en el Yunque?
-Me dieron una fecha, una hora y una dirección, que resultó ser la del domicilio de mi jefe, y allí me fui con una mezcla de temor, porque no sabía dónde me estaba metiendo, y de curiosidad, por integrarme en un mundo selecto y secreto. Después de ponerme el uniforme, todo de negro, salvo la camisa, blanca, me hicieron pasar a una sala en la que había seis o siete personas ante una mesa y las banderas de España y del Yunque, que es una cruz árbol que se abre en la parte superior para formar la y. La mesa estaba cubierta con un mantel en el que había símbolos rarísimos. Mi jefe me dijo que me pusiera delante y entonces se recitaron las oraciones orgánicas y me asignaron el seudónimo. La ceremonia no duró más de 20 minutos. Antes de la oración final, del brindis y de un breve discurso de bienvenida, yo leí el juramento de adhesión. Estaba tan nervioso y emocionado que lo firmé casi sin entenderlo. Después, lo firmaron también los testigos.

-¿Qué tipo de actividades realizaban?
-En mi caso, pintadas y reparto de octavillas contra el preservativo, el aborto, la eutanasia, y también pitadas y manifas contra los dirigentes socialistas y contra Alberto Ruiz-Gallardón, el alcalde de Madrid, al que considerábamos un tibio.

El antiguo miembro del Yunque afirma que, mientras estuvo dentro de la organización, no fue muy consciente de la influencia real de esa sociedad secreta creada en México clandestinamente en 1952 y exportada a otros países hispanoamericanos, pese que tuvo algunas señales de ello. Hace 14 o 15 años, "lo que entonces denominábamos 'grupos externos' no tenían casi visibilidad. Son plataformas, que se utilizan para multiplicar la influencia y captar nuevos miembros, aunque la inmensa mayoría de los que trabajan o colaboran allí ignoran quién mueve los hilos", afirma.

Infiltrada en el asociacionismo laico cristiano, el Yunque, siempre según los testimonios recabados, se mimetiza en medios de comunicación de la derecha radical y escala posiciones en instancias eclesiásticas sin que las denuncias hayan surtido efecto hasta el momento, pese a que el artículo 22 de la Constitución y el 515 del Código Penal prohíben las asociaciones secretas. El propio Derecho Canónico obliga a todas las asociaciones de fieles a tener estatutos y a someterse a la autoridad eclesiástica.

A las críticas de los grupos católicos que se han sentido manipulados por esas plataformas, supuestamente tapaderas del Yunque, y al testimonio de un antiguo activista, se suman las denuncias por manipulación sectaria que el abogado madrileño Pedro Leblic Amorós ha presentado ante la policía y en la Oficina de Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid. El letrado, padre de alumnos del colegio San José de Cluny, ha denunciado en la comisaría de Pozuelo de Alarcón (Madrid) a cinco supuestos miembros del Yunque, dos de ellos importantes integrantes de HazteOír. A su juicio, esas personas están relacionados con la asociación A Contracorriente, que organiza excursiones a la sierra los fines de semana con niños menores de edad.

"Estamos escandalizados", indica. "Tengo amigos del Yunque captados a los 15 y 16 años, pero ahora lo intentan con chicos cada vez más jóvenes, a espaldas de sus familias. En la invitación que han cursado a nuestros niños piden expresamente que los padres no participemos en las excursiones", explica. Pedro Leblic dice tener constancia personal de que el Yunque trata de adoctrinar a menores de edad para incorporarlos a su sociedad secreta. "Para los chavales, eso supone que el resto de sus vidas estarán dirigidos a la actividad pública, tendrán que estudiar determinadas carreras y dar primacía a la secta. De ahí surgirán conflictos conyugales, familiares y graves desequilibrios emocionales. Su modus operandi es la infiltración, la coacción y, finalmente, la falta de caridad", asegura.

La Iglesia española permanece callada. "La Conferencia Episcopal no se ha pronunciado sobre este asunto", indica Isidro Catela, responsable de prensa de esa institución. Es un silencio espeso, roto aquí, excepcionalmente, por el cardenal Antonio Cañizares, exarzobispo de Toledo y ahora prefecto de la Congregación del Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos, con sede en el Vaticano. "Ya no se llaman el Yunque, ahora se llaman Asociación por el Bien Común y creo que están prestando grandes servicios a la sociedad. No hay problema con ellos, por sus hechos se les conocerá. Se lo digo sinceramente: esos padres de alumnos pueden estar tranquilos", afirma el cardenal Cañizares en declaraciones a este periódico.
La jerarquía católica española tiene en sus manos un estudio sobre el comportamiento y actividades del Yunque elaborado con los testimonios de 24 personas que pertenecieron o fueron instrumentalizados por esta sociedad. Según ese informe, al que ha tenido acceso EL PAÍS, la estrategia de despliegue de esta organización en España y Latinoamérica se caracteriza fundamentalmente por la búsqueda del poder a partir de una concepción mesiánica de la política. En ese empeño, los dirigentes del Yunque no han dudado en colocar a sus adeptos en órganos eclesiales estratégicos -singularmente, en el influyente Consejo Pontificio para los Laicos-, en introducirse secretamente en estructuras sociales y políticas a su alcance y en crear un fondo de documentación que se alimenta con miles de informes y fichas sobre las personas relacionados con ellos.

Los autores del documento mencionado, todos ellos católicos fervientes, aseguran que el Yunque aplica un modelo "de inteligencia interior de espionaje y contraespionaje" copiado de los sistemas de control de las Fuerzas Armadas. El acoso al Gobierno para obtener la promulgación de leyes favorables a supuestos propósitos de la Iglesia católica, y la creación de redes de adolescentes y jóvenes con que nutrirse, constituirían otros dos pilares estratégicos. Según el estudio citado, el Yunque controla plataformas que tuvieron notable protagonismo en las movilizaciones contra la ley del aborto y la asignatura educación para la ciudadanía.

Los testimonios recabados les permiten asegurar que esa sociedad secreta está igualmente en asociaciones universitarias. Con el tiempo, "la mitad soldado absorbe a la mitad monje", se subraya en ese mismo informe, coordinado por el doctor en Filosofía por la Universidad Complutense y vicepresidente de la asociación Educación y Persona, Fernando López Luengo.
La duda sobre los verdaderos fines de esa organización queda flotando en el aire. "Pretenden legitimar evangélicamente su particular visión política como si esta fuera la única legítima", sostienen los autores del trabajo de referencia.

Según sus averiguaciones, el Yunque está presente en Madrid, Barcelona, Valladolid, Salamanca, Valencia, Toledo y Sevilla. Pero llegan a todas partes gracias a Internet, al correo electrónico y a las charlas que tanto prodigan, a poder ser junto a personalidades conocidas con las que procurarse una pátina de honorabilidad y prestigio. Muchos cristianos de los movimientos laicos se preguntan por qué calla su jerarquía. ¿La Iglesia acepta la existencia en su seno de una secta y una sociedad secreta? Parece claro que el informe ha caído en saco roto pese a estar avalado por católicos comprometidos en la causa de la fe. "Sus autores habrían estado mejor callados", sentencia el cardenal Cañizares. -


El País

domingo, 20 de noviembre de 2011

El libro de la polémica que enzalsa "el trabajo" del torturador Krassnoff Martchenko


El libro de la polémica que enzalsa "el trabajo" del torturador Krassnoff Martchenko y por el cual lo quieren homenajear. Lo muestra como un hombre íntegro y militar intachable

Gisela Silva Encina, autora del libro "Miguel Krassnoff prisionero por servir a Chile", enzalsa la figura del militar y afirma que "este oficial se jugó la vida por su patria adoptiva y está prisionero por delitos que jamás cometió". 144 años de presidio por violaciones a los Derechos Humanos demuestran lo contrario


"Miguel Krassnoff prisionero por servir a Chile" es el título del libro escrito por Gisela Silva Encina, donde relata toda la historia del militar en retiro está detenido en el Penal Cordillera por más de sesenta asesinatos y desapariciones de personas y procesado por las más crueles torturas, que incluyen a mujeres embarazadas.

Esta es la génesis de la dura polémica dada a conocer en exclusiva por Cambio21, donde el alcalde UDI de Providencia, Cristián Labbé invita a rendirle un homenaje al brigadier en retiro que está preso en el Penal Cordillera, una cárcel hecha especialmente para militares violadores de derechos humanos.

El libro cuenta la historia familiar de Miguel Krassnoff Martchenko, desde sus antepasados en Rusia, hasta sus días en Chile. La escritora, de manera minuciosa, relata cómo la vida este militar y sus antecesores tiene mucho de novelesca, según se puede leer "el nacimiento de nuestro oficial en Lienz, Austria, escenario de una inmensa tragedia, y su posterior llegada a Chile tiene mucho de inverosímil y de providencial".

Krassnoff es supuestamente cosaco, militar ruso de caballería que usaba la fuerza y la agilidad, condición que saca a relucir cada vez que puede. La escritora saca a la luz todo el historial militar, relata la historia de su abuelo, el atamán Piort Nicolaievich Krassnoff, según consta el relato, quien tuvo como una brillante carrera militar además de haber sido guardia personal del Zar. Mientras que el padre de Miguel, llamado Simón, también fue general de ejército, por ende el peso de la tradición familiar, no era menor.

Según el texto, el 11 de septiembre de 1973, Miguel Krassnoff lo esperaba sumido entre la angustia y la fe, al parecer no estaba muy convencido de lo que ocurría. En diciembre de ese mismo año, fue destinado en comisión de servicio a la comandancia en jefe del Ejército, para asumir como oficial de seguridad del Presidente de la Junta de gobierno, Augusto Pinochet.

En junio de 1974, el entonces teniente Krassnoff es destinado en comisión de servicio a la recién creada Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), según publica Silva, organismo ideado para enfrentar el problema del terrorismo que subsistía en Chile.

Krassnoff trabajó en el cuartel principal de la DINA, ubicado en calle Belgrado, según menciona el libro, recuerda haber acudido a otros recintos cada vez que se le ordenaba. Por ello visitó las dependencias de calle Londres (una vez), José Domingo Cañas (varias veces) y el Cuartel Terranova (muchas veces) "según él, vino a saber años después que era conocido como Villa Grimaldi. Estos fueron los únicos cuarteles cuya existencia supo en esos años y que según la información que él tenía, eran cuarteles tránsito, donde los detenidos permanecían 4 o 5 días, para ser después derivados a recintos como Tres y Cuatro Álamos, que dependían del Ministerio de Interior, o bien puestos en libertad ", afirma la escritora.

Tercera parte: ganar la guerra y perder la paz

La vergüenza, se titula el primer capítulo de esta tercera parte, donde mencionan la primera vez que Krassnoff fue citado a los tribunales de justica. El ministro en visita Servando Jordán lo citó como testigo por la "desaparición de cerca de cincuenta terroristas", dice textual el libro.

Esta citación, fue la iniciación, según la autora, de un permanente requerimiento por parte de diferentes representantes del Poder Judicial, que se ha prolongado por 28 años.

Así, Miguel Krassnoff fue acusado y procesado por su participación en el llamado "Caso Conferencia" oportunidad en que desaparecieron todos los integrantes del Comité Central del Partido Comunista en la clandestinidad.

En el texto se menciona cada uno de los casos por los que ha sido "injustamente" culpado, relatando las "numerosas sentencias arbitrarias que han recaído sobre el brigadier Krassnoff que son las condenas por presuntas desapariciones o crímenes ocurridos cuando él se encontraba en otra ciudad o incluso en otro país". Todo lo que está entre comilas, es parte del relato de la autora.

Sin duda este libro es la muestra más clara de una de las caras de la moneda, donde Gisela Silva, relata con lujo de detalle, todo lo que a esta altura su amigo, Miguel Krassnoff Martchenko, quiso contar. Así termina este relato: "...que Miguel Krassnoff es un idealista, no cabe duda. Tampoco cabe dudar que el mundo actual no aprecia esa virtud que, en otras épocas, fue símbolo máximo de grandeza de alma. Por eso he querido plasmar en estas páginas el perfil de un hombre íntegro, capaz de permanecer fiel a sus convicciones, en la injusticia, la ingratitud y la adversidad. Quien posee esa fortaleza sigue siendo libre, aunque su cuerpo esté sometido a los rigores de la prisión".

"Las horas oscuras como las nuestras son justamente las que más necesitan de los reductos de excelencia, de los ejemplos de dignidad, de la fe en los valores nobles de la vida".

En este texto, la autora muestra su anticomunismo de manera radical, donde además deja a Miguel Krassnoff como una blanca paloma, inocente de  todas las acusaciones y condenas que pesan en su contra, todas ellas comprobadas por la justicia chilena, pero negadas por Gisela Silva Encina.

Por ello,  dentro del libro se puede leer: "El comunismo, al menos en muchos países, ha perdido la facilidad con que antes ahorcaba, asesinaba y condenaba a morir de hambre. Pero, en cambio, ha ganado enormemente en su poder mundial para destruir personas mediante la mentira y la calumnia. Y como justamente en Chile no le permitieron asumir su papel sanguinario ¡ay de quienes se opusieron a ello!"

Gisela Silva dice que "el brigadier Krassnoff, entre otros, paga esta culpa en nombre de todos nosotros.
Esta es una de las razones por las cuales me he decidido a escribir este libro. Como chilena, me siento moralmente solidaria de su difícil destino".

Cambio 21

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sábado, 5 de noviembre de 2011

Los errores legislativos que el próximo Gobierno no puede volver a cometer El entramado legal que está detrás del desastre




El entramado legal que está detrás del desastre
Los ciudadanos que vayan a votar, el próximo 20-N, tendrán que elegir un Gobierno que ayude a España a salir del atolladero demográfico, educativo, económico y social en el que nos encontramos. Por eso, los ciudadanos deben saber cuáles son las leyes que se han aprobado en estos 30 años de democracia y que han causado los males que padecemos. Males, por cierto, que van más allá de los cinco millones de parados y que no son fruto de la mala gestión de un solo Ejecutivo. Así, los españoles podrán exigir que nadie siga gobernando por las mismas sendas. Porque, como recuerda la Nota de la Conferencia Episcopal ante las elecciones, «no es cierto que las disposiciones legales sean siempre morales y justas por el mero hecho de que emanen de organismos políticamente legítimos». Ahora, a cada uno le toca «sopesar, en conciencia, a quién debe votar, para obtener, en conjunto, el mayor bien posible en este momento»

Imagine el lector que va al médico porque sufre una enfermedad grave, y el facultativo se limita a recetarle una medicina, sin buscar qué enfermedad le aflige y sin decirle qué hábitos debe evitar porque agravan su situación. Ridículo, ¿verdad? Pues hágase cargo de que España es el enfermo; el próximo Gobierno es el médico; la receta son los programas electorales; y la enfermedad, el conjunto de leyes que han llevado al país a una crisis con cinco millones de parados, el doble de fracaso escolar que el promedio europeo, la mitad de los nacimientos necesarios para garantizar el reemplazo generacional, y a ser uno de los países de Europa con más familias rotas y menos ayudas del Estado a los hogares.
No es flor de un día
Eso sí: la situación que atraviesa España no es flor de un día, ni fruto en exclusiva de la mala gestión de un Gobierno. Es, como revelan los datos y señalan los expertos, la consecuencia de haber aprobado unas leyes erráticas -que, a pesar de haberse probado sus nefastas consecuencias, nadie se ha atrevido a modificar después-, de unos votantes que votan como votan y, en definitiva, de una sociedad que ha permanecido adormecida mientras algunos desarrollaban su proyecto de reingeniería social. Ante las elecciones del 20-N, en las que los españoles han de elegir, en conciencia, un Gobierno responsable y que busque el bien común, Alfa y Omega ofrece a sus lectores una primera entrega del repaso por la legislación más perniciosa desde el inicio de la democracia, en materia de educación, familia y vida, que urge modificar en la siguiente legislatura.
La familia, desdibujada
Cuando, tras las elecciones de 1982, don Alfonso Guerra dijo su famoso: «Cuando nos marchemos, a España no la va a reconocer ni la madre que la parió», probablemente no podría imaginar que el alcance de sus palabras era tan largo, que unas décadas después incluso la palabra madre habría desaparecido del Código Civil. Porque la institución familiar ha sido una de las más perjudicadas en la legislación de las últimas décadas.
Una premisa de partida: que el número de matrimonios y de hijos baje está estrechamente relacionado con que el número de divorcios aumente. Basta un vistazo a las cifras para comprobarlo.
A pesar de que, en los últimos 30 años, la población española se ha incrementado en casi 10 millones de personas, en el año 2010 se celebraron 170.815 matrimonios, frente a los 201.024 que se celebraron en 1980, cuando el Gobierno de la UCD aprobó la Ley del divorcio. Es decir, más de 30.000 matrimonios menos, aunque hay 10 millones más de personas.
La pescadilla divorcista
Si el descenso en la nupcialidad es abrumador en los últimos 30 años, las cifras son escandalosas si se comparan desde la última reforma divorcista, la Ley del Divorcio Express, de 2005. Según denuncia el Instituto de Política Familiar (IPF), en España, hoy, de cada 10 matrimonios se rompen 8, y desde que se aprobó la nueva ley, los divorcios se incrementaron en un 115%. Con un agravante: mientras el divorcio representaba el 38% de las rupturas en 2004 (un año antes de la ley), y muchos separados volvían a reconciliarse, en 2008, el 93% fueron divorcios definitivos, de los cuales, el 40% fueron conflictivos y en el 54% afectaron a hijos menores.
Como explica el Presidente del Foro Español de la Familia, don Benigno Blanco, «la legalización del divorcio y su facilitación progresiva por la Ley, lleva a la banalización de la ruptura matrimonial en la conciencia colectiva, y crea la mentalidad divorcista que hace que se acuda al divorcio como la manera ordinaria de resolver dificultades matrimoniales». Así, como una pescadilla que se muerde la cola, «la normalización del divorcio provoca la pérdida de valor del matrimonio, en la opinión general, pues lo que se puede romper con facilidad no es apreciado como valioso», y, por tanto, «las leyes del divorcio generan cada vez más divorcios y menos matrimonios, y se convierten en uno de los mayores enemigos de la familia, y en uno de los problemas estructurales de nuestra sociedad».
A esto hay que añadir que, como denuncia el IPF, España está a la cola de Europa en ayudas a las familias, tanto económicas directas como en la implantación de una legislación familiar que facilite la conciliación laboral, el asesoramiento para reconciliaciones matrimoniales, etc.
Una inversión de futuro
Ahora bien. Si el Gobierno que salga de las elecciones del 20-N tiene la tentación de pensar que las rupturas familiares no guardan relación con la crisis que atraviesa España, más allá de los dramas que se viven en la intimidad de los hogares, conviene recordar que, en mayo de 2010, el Consejo de Europa aprobó el documento Invertir en la cohesión de la familia como factor de desarrollo en tiempos de crisis, en el que se reconoce que «la cohesión familiar produce beneficios materiales y virtudes espirituales como paz, estabilidad, bienestar, estabilidad económica y ahorro», y animaba a los Estados a facilitar la conciliación laboral y familiar para salir antes y mejor de la crisis. Además, el último barómetro del CIS, de octubre de este mismo año, revela que la familia es, para los españoles (los mismos que acudirán a las urnas), la institución mejor valorada, con una nota de 9,6 sobre 10.
Lo que dijo el lobby gay...
A pesar de eso, y por si la mentalidad divorcista instalada en España -con la connivencia de todos los Gobiernos elegidos en democracia- no fuese suficiente ataque a la familia, la ley del divorcio express, de 2005, se pergeño en paralelo a la ley de matrimonios homosexuales, que equipara las uniones entre personas del mismo sexo al matrimonio, o sea, a la unión entre un hombre y una mujer. Ley que vino acompañada de una reforma del Código Civil, en la que se sustituían las palabras esposo y esposa por cónyuge A y cónyuge B, y madre y padre por progenitor A y progenitor B. Con esa argucia se facilitaban los trámites para que dos homosexuales pudieran adoptar niños, esgrimiendo un presunto derecho a la paternidad y obviando el derecho de los niños a tener un padre y una madre. Cuando fue cuestionado por la necesidad de esa reforma, el Presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, dijo que trataba de dar respuesta una demanda social, y cifró en 200.000 las bodas entre gays que se celebrarían en los dos años siguientes.
... y lo que pasó en realidad
Lo cierto es que, al término de esa primera legislatura (en 2008), sólo se habían celebrado poco más de 12.000 uniones entre gays y lesbianas. No obstante, la ley de matrimonios entre personas del mismo sexo sí que ha tenido gran repercusión social. Como explica Blanco, «la reingeniería social promovida por las leyes para cambiar el concepto de familia, ha sido especialmente relevante en las que han suprimido el matrimonio como institución específica para hombre y mujer; las que han banalizado el contrato matrimonial, haciéndolo divorciable sin necesidad de alegar causa ninguna y a petición unilateral de cualquiera de los cónyuges; las que han restringido la libertad de los padres de familia para educar a sus hijos conforme a sus convicciones morales y antropológicas; y las que han pasado de considerar la vida un bien digno de apoyo y protección a algo susceptible de ser eliminado».
El abismo demográfico
Precisamente estas últimas leyes, las relativas al aborto, son las que más han contribuido a que España esté hoy al filo del abismo demográfico. Con datos del Instituto Nacional de Estadística, hoy nacen en España 87.000 niños menos, al año, que hace tres décadas (a pesar, insistimos, de que la población ha crecido en casi 10 millones de personas). Así, como denuncia el Instituto de Política Familiar en el libro La familia, desafío para una nueva política, «el déficit de natalidad actual es de tal magnitud que el número de nacimientos no es suficiente para reponer la población, y son necesarios, al menos, unos 250.000 nacimientos más cada año para alcanzar un nivel que asegure, a medio o largo plazo, el mantenimiento de la población actual». De este modo, mientras el índice de reemplazo generacional es del 2,1%, en España apenas superamos el 1%.
La conclusión es evidente: que el futuro Gobierno incentive o no la maternidad no es algo opcional, sino que se trata de una clave indispensable para mantener el Estado del bienestar. Juzgue el lector: mientras, en 1981, había poco más de 4 millones de mayores de 65 años, y casi 10 millones de menores de 14, en 2011, la tendencia es la inversa y la población mayor de 65 años supera, en más de un millón, a los menores de 14. Con esta progresión, y siguiendo los datos del Eurostat, en la España del año 2050, 1 de cada 3 españoles tendrá más de 65 años, y 1 de cada 9, más de 80. Si no hay quien trabaje y quien cotice, ¿cómo se pagarán las pensiones, la sanidad, la educación, etc.?
Una mentira asesina
Contra toda lógica, pese a que necesitamos más nacimientos, en España se han perpetrado 111.482 abortos en el último año. Por eso, el IPF alerta de que, «al margen de la posición subjetiva que se tenga sobre el aborto, el hecho objetivo es que destruye capital humano, en una proporción creciente en el caso de España -ha representado un crecimiento del 265% en los últimos 20 años (1989-2009)-, y es una de las causas claras del descenso en la natalidad española».
Como en el caso de las uniones entre homosexuales, la inclusión del aborto en nuestro entramado legislativo fue presentada, en su momento, como la respuesta a una demanda social. Sus promotores decían que, en España, se producían 300.000 abortos clandestinos al año. Ahora, los datos muestran que tal demanda no existía, sino que ha sido generada por la propia mentalidad abortista.
Una perspectiva iluminadora
La retrospectiva legal es iluminadora. El año en que el Gobierno socialista de Felipe González aprobó la ley del aborto, en 1985, se produjeron 9 abortos en España. Al año siguiente, 467; y en 1995, el último de González en el Gobierno, 49.367. Con datos de la Subdirección General de Promoción de la Salud, durante las cuatro legislaturas socialistas, se produjeron 359.624 abortos. Es decir, se tardó una década  y cuatro legislaturas hasta alcanzar la cifra que los proabortistas vendían para un año.
Diez años después de aprobarse la ley, y coincidiendo con la salida de González de la Moncloa, en 1996, se perpetraron 51.002 abortos. La norma de 1985 no fue modificada, ni derogada durante las dos legislaturas del Gobierno de José María Aznar, en las que, en total, se cometieron 511.429 abortos en España. O sea, un promedio de casi 64.000 niños abortados cada año. Y, con el Ejecutivo de Zapatero -que ha modificado la ley en 2010 para convertir (sobre el papel) el aborto en derecho-, el genocidio abortista se ha disparado hasta los 115.812 abortos, en 2008.
Por desgracia para las madres que han abortado y, sobre todo, para los niños que han sido eliminados, en España se ha superado el millón trescientos mil abortos, desde 1985. O sea, el equivalente a la población actual de Navarra y Cantabria juntas.
Según explica don Benigno Blanco, «ni la Ley de 1985, ni la de 2010 respondían a una demanda social, sino a intereses ideológicos y económicos de una minoría. Sin embargo, una vez aprobadas las leyes, poco a poco y por el efecto pedagógico de toda norma legal, su contenido va conformando el pensamiento de la ciudadanía, sobre todo de los jóvenes, que son educados bajo la influencia de esas leyes».
Con este panorama, resultan más que lógicas las palabras de la Nota que la Conferencia Episcopal ha elaborado ante las elecciones del 20-N, en la que alerta del «peligro que suponen determinadas opciones legislativas, que no tutelan adecuadamente el derecho fundamental a la vida de cada ser humano, desde su concepción hasta su muerte natural, o que llegan a tratar como un derecho lo que constituye un atentado contra el derecho a la vida». Y añade: «Son también peligrosos, y nocivos para el bien común, los ordenamientos legales que no reconocen al matrimonio en su ser propio y específico, en cuanto unión firme de un varón y una mujer ordenada al bien de los esposos y de los hijos. Es necesario promover nuevas leyes que reconozcan y tutelen mejor el derecho de todos a la vida, así como el derecho de los españoles a ser tratados por la ley como esposo y esposa, en un matrimonio estable, que no quede a disposición de la voluntad de las partes ni, menos aún, de una sola de las partes».
La educación doblegada
Uno de los puntos calientes de la campaña electoral está siendo la educación. Pero, a pesar de lo que insisten en este ámbito, ninguno de los más destacados aspirantes a gobernarnos parece querer cambiar el modelo de enseñanza, que no es sinónimo de cambiar de ley. Porque España ha tenido cinco leyes educativas en 30 años, y aun así doblamos la tasa de fracaso escolar de la Unión Europea.
La primera ley educativa de la democracia, la LOECE, se aprobó en 1980 y aún está vigente, por ser la reguladora de las reglamentaciones básicas de la enseñanza. Entonces, el porcentaje de alumnos que no lograban el graduado en educación obligatoria (o sea, el fracaso escolar) era del 34%. En 1985, se aprobó la segunda norma, la LODE, y, en el curso 85/86, el fracaso escolar estaba en el 27%. La reforma más polémica llegó con la LOGSE, en 1990, cuyo modelo y principios ideológicos se mantienen en la actual LOE, de 2006. En el año 2000, con la llegada a la Educación Secundaria de los primeros alumnos íntegramente formados en la LOGSE, el fracaso escolar estaba en el 28,9%. Desde entonces, ha ido subiendo cada año, hasta llegar al 31,2% actual, frente al 15% de la UE.
Clases de manipulación social
Todas estas leyes han tenido cuño socialista, porque el PP sólo propuso la LOCE en 2003, tan al final de su segunda legislatura, que no se llegó a aplicar, porque el Ejecutivo de Zapatero la derogó antes de que entrara en vigor, en 2004. Doña Isabel Bazo, ex Presidenta de la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE), explica que, aprovechándose de la aparente dejación de los populares en educación, «el objetivo de estas leyes socialistas ha sido eliminar los valores tradicionales de nuestra cultura y religión, y cambiar el papel formativo de la escuela y de los educadores, para imponer su concepto manipulador de progresismo». Por eso, «en estos años, se ha dado una interpretación sesgada de la gratuidad de la enseñanza, de la libertad de educación, y de los derechos de los padres que dieron origen al sistema de conciertos, que siempre han estado dotados de forma precaria para producir una asfixia económica a los centros no gubernamentales, por ser el sector eficaz en lo educativo e independiente de los poderes públicos».
De estos polvos legislativos -y de otros, que Alfa y Omega analizará, D.m., la próxima semana- viene el lodo social que habrá de gestionar el futuro Gobierno de España. Por eso, conviene pensarse mucho qué modelo de sociedad se quiere apoyar, en conciencia, el próximo 20-N.
José Antonio Méndez

Alfa y Omega