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jueves, 1 de septiembre de 2016

Lo que no hemos olvidado: Plan Z


Este artículo tiene unos cuantos años y no pierde actualidad 

Juan Cristobal Guarello: Plan Z

agosto 22, 2013 1:57 

Juan Cristobal Guarello: Plan Z
Juan Cristobal Guarello: Plan Z

Ahora que se cumplen 40 años del golpe de estado , también está de aniversario el mayor montaje de la historia chilena: el Plan Z eta. De manera resumida y sencilla se trataba de un plan entre el Mir, el ala dura del PS, Salvador Allende y el servicio secreto cubano para dar un autogolpe el 19 de septiembre de 1973. Ese día unos 10 mil miristas más otros 10 mil agentes extranjeros fundamentalmente cubanos (el número siempre fue impreciso, se habló de 20 mil, 30 mil, 40 mil…), sorprenderían a las Fuerzas Armadas chilenas minutos antes de desfilar en el Parque O’Higgins, y las ametrallarían sin piedad.

A esa misma hora Salvador Allende estaría dando un almuerzo a los comandantes en jefes. En un momento el Presidente abandonaría el comedor de su casa en Tomás Moro, señal para que un grupo del GAP irrumpiera en el lugar y asesinara a sangre fría a los generales, militares y brigadieres. En las horas siguientes grupos armados recorrerían el barrio alto asesinando familias “burguesas”, empresarios, líderes opositores, deportistas, cantantes… El Plan Zeta tenía por objetivo instaurar una dictadura comunista y sus maquinadores estimaban las bajas entre 100 mil y 500 mil capitalistas, explotadores y momios.

El Congreso Nacional sería reemplazado por un soviet supremo que funcionaría en el edificio Diego Portales. Incluso los periodistas más fanáticos del régimen militar comentaron que el plan contemplaba reemplazar la bandera chilena por una nueva de color rojo con una estrella negra.
¿Una mala novela de Tom Clancy? ¿Un libreto de pacotilla rechazado en la portería de la Paramount? ¿Una conversación de curados? No. Esta historia chiflada y ridícula, con matices, adiciones y omisiones, fue presentada durante los 17 años de la dictadura de Augusto Pinochet como el principal argumento para dar el golpe de Estado y luego exterminar a los opositores.

Así, tal como la describí en el primer párrafo, sin agregarle ni quitarle nada, fue expuesta en los medios de comunicación, replicada en libros, entrevistas, documentales e incluso en textos de historia escritos en los años posteriores al golpe. Los conocidos periodistas Hernán Millas y Emilio Filippi se tragaron el sapo y pusieron un capítulo sobre el Plan Zeta en su libro “UP Anatomía de un fracaso”.
Las pruebas presentadas para justificar la existencia de ese maquiavélico y desmesurado plan eran sorprendentes por lo pobres, dispersas y mal elaboradas. Un pegoteo de textos sin orden general, donde había algunos instructivos de autodefensa del PS, unas cuantas fotos de armamento y documentos inconexos, que fue llamado “El libro blanco del cambio de gobierno de Chile”. La obra, escrita por el historiador Gonzalo Vial Correa y supervisada por el almirante Patricio Carvajal, era una sucesión de vaguedades donde no se especificaba nada, ni se daban fechas, ni quiénes eran los cerebros, ni los coordinadores, y así un sinfín de cabos sueltos. Vial fue premiado posteriormente con el Ministerio de Educación y hasta el día de su muerte, el 2009, insistió que el Plan Z era verdad.

Cualquier análisis mínimo desmontaba el tinglado. Si había 10 mil guerrilleros cubanos, ¿cómo el 12 de septiembre no quedaba ninguno? ¿Dónde quedaron los 20 mil fusiles AK 47 que se necesitaban? ¿Dónde funcionaría el centro de comandos? ¿Dónde los campamentos guerrilleros?

Como era normal entonces, nadie hizo estas preguntas básicas. La zalagarda del Plan Zeta vivió por mucho tiempo. Incluso se consideraba de “buen tono” en los sectores acomodados señalar que “Toda mi familia figuraba en el Plan Z. Yo, la gorda, los niños, todos…”. Recuerdo todavía en 1987 alguna ingenua y adolescente amiga que defendía a Pinochet con el argumento de que su papá era uno de los condenados por el dichoso plan…

Más allá de la anécdota que significaba sacarle lustre aristocrático a la condición de supuesta víctima del plan, muchos de los detenidos posteriormente al golpe de Estado fueron salvajemente torturados por no revelar a sus captores detalles del Plan Zeta. Los mandos medios y bajos, que se ensuciaron las manos con sangre mientras llegaban las órdenes desde arriba, no fueron informados de la falsedad del asunto, y como buenos patriotas de la picana y la violación, salieron a la caza de información para evitar que los sucios comunistas cambiaran la bandera chilena por un trapo rojo. Testimonios sobran de esto en Tres y Cuatro Álamos, Villa Grimaldi y otros centros de detención. Hombres y mujeres torturados hasta la muerte por negarse a hablar del Plan Zeta del cual nada sabían.

Con el tiempo los propios involucrados fueron develando la verdad. Entre los más importantes está el primer secretario de la junta, Federico Willoughby, quien fue el encargado de presentar a la prensa la existencia del Plan Zeta y más tarde revelaría su falsedad completa en varios medios (The Clinic, Informe Especial). Incluso señaló que ya en octubre de 1973 sabía que los documentos presentados en el dichoso Libro Blanco “carecían de todo valor”.

Más importante es el testimonio es el del ex comandante en jefe de la Aviación y miembro de la primera junta del gobierno militar, Gustavo Leigh Guzmán, quien en una entrevista concedida a Alfredo Lamadrid en el programa “Humanamente Hablando” emitido por Mega el 2001, señaló de manera clara: “El Plan Zeta nunca existió”.

La historia, que hasta esta altura suena como otro delirio más de la dictadura, no debe ser olvidada. Se inventó un plan para justificar un golpe de Estado, el exterminio sistemático de chilenos y el intento de perpetuación en el poder. Seguro que con el cuadragésimo aniversario del 11 de septiembre de 1973 no faltarán los pajarracos que volverán a cacarear la existencia del supuesto plan y agregarán que “toda mi familia figuraba en la lista de víctimas”. Tampoco faltarán las cartas al director (Hermógenes Pérez de Arce, Gonzalo Rojas y Alfonso Márquez de la Plata deben estar afilando la pluma) y los medios que intenten, de cualquier forma, justificar o darle un tamiz de verdad al peor y más grosero montaje de toda nuestra historia (supera incluso a la Guerra de don Ladislao en 1920)

Lo cierto es que sí hubo un plan, sin letra precisa, sin publicidad, sin libro blanco. No era de buen tono estar en la lista de víctimas y su objetivo en su gran mayoría eran obreros y estudiantes de sectores populares. Se ejecutó de manera implacable y hasta hoy hay cientos chilenos desaparecidos en piques mineros, cementerios clandestinos, bajo calaminas en el desierto o amarrados a rieles en el fondo del mar. Del Plan Z sabemos que todo es mentira, del plan sin nombre nunca sabremos toda la verdad

Lo que no hemos olvidado: Plan Z


Juan Cristobal Guarello: Plan Z

agosto 22, 2013 1:57 

Juan Cristobal Guarello: Plan Z
Juan Cristobal Guarello: Plan Z

Ahora que se cumplen 40 años del golpe de estado , también está de aniversario el mayor montaje de la historia chilena: el Plan Z eta. De manera resumida y sencilla se trataba de un plan entre el Mir, el ala dura del PS, Salvador Allende y el servicio secreto cubano para dar un autogolpe el 19 de septiembre de 1973. Ese día unos 10 mil miristas más otros 10 mil agentes extranjeros fundamentalmente cubanos (el número siempre fue impreciso, se habló de 20 mil, 30 mil, 40 mil…), sorprenderían a las Fuerzas Armadas chilenas minutos antes de desfilar en el Parque O’Higgins, y las ametrallarían sin piedad.

A esa misma hora Salvador Allende estaría dando un almuerzo a los comandantes en jefes. En un momento el Presidente abandonaría el comedor de su casa en Tomás Moro, señal para que un grupo del GAP irrumpiera en el lugar y asesinara a sangre fría a los generales, militares y brigadieres. En las horas siguientes grupos armados recorrerían el barrio alto asesinando familias “burguesas”, empresarios, líderes opositores, deportistas, cantantes… El Plan Zeta tenía por objetivo instaurar una dictadura comunista y sus maquinadores estimaban las bajas entre 100 mil y 500 mil capitalistas, explotadores y momios.

El Congreso Nacional sería reemplazado por un soviet supremo que funcionaría en el edificio Diego Portales. Incluso los periodistas más fanáticos del régimen militar comentaron que el plan contemplaba reemplazar la bandera chilena por una nueva de color rojo con una estrella negra.
¿Una mala novela de Tom Clancy? ¿Un libreto de pacotilla rechazado en la portería de la Paramount? ¿Una conversación de curados? No. Esta historia chiflada y ridícula, con matices, adiciones y omisiones, fue presentada durante los 17 años de la dictadura de Augusto Pinochet como el principal argumento para dar el golpe de Estado y luego exterminar a los opositores.

Así, tal como la describí en el primer párrafo, sin agregarle ni quitarle nada, fue expuesta en los medios de comunicación, replicada en libros, entrevistas, documentales e incluso en textos de historia escritos en los años posteriores al golpe. Los conocidos periodistas Hernán Millas y Emilio Filippi se tragaron el sapo y pusieron un capítulo sobre el Plan Zeta en su libro “UP Anatomía de un fracaso”.
Las pruebas presentadas para justificar la existencia de ese maquiavélico y desmesurado plan eran sorprendentes por lo pobres, dispersas y mal elaboradas. Un pegoteo de textos sin orden general, donde había algunos instructivos de autodefensa del PS, unas cuantas fotos de armamento y documentos inconexos, que fue llamado “El libro blanco del cambio de gobierno de Chile”. La obra, escrita por el historiador Gonzalo Vial Correa y supervisada por el almirante Patricio Carvajal, era una sucesión de vaguedades donde no se especificaba nada, ni se daban fechas, ni quiénes eran los cerebros, ni los coordinadores, y así un sinfín de cabos sueltos. Vial fue premiado posteriormente con el Ministerio de Educación y hasta el día de su muerte, el 2009, insistió que el Plan Z era verdad.

Cualquier análisis mínimo desmontaba el tinglado. Si había 10 mil guerrilleros cubanos, ¿cómo el 12 de septiembre no quedaba ninguno? ¿Dónde quedaron los 20 mil fusiles AK 47 que se necesitaban? ¿Dónde funcionaría el centro de comandos? ¿Dónde los campamentos guerrilleros?

Como era normal entonces, nadie hizo estas preguntas básicas. La zalagarda del Plan Zeta vivió por mucho tiempo. Incluso se consideraba de “buen tono” en los sectores acomodados señalar que “Toda mi familia figuraba en el Plan Z. Yo, la gorda, los niños, todos…”. Recuerdo todavía en 1987 alguna ingenua y adolescente amiga que defendía a Pinochet con el argumento de que su papá era uno de los condenados por el dichoso plan…

Más allá de la anécdota que significaba sacarle lustre aristocrático a la condición de supuesta víctima del plan, muchos de los detenidos posteriormente al golpe de Estado fueron salvajemente torturados por no revelar a sus captores detalles del Plan Zeta. Los mandos medios y bajos, que se ensuciaron las manos con sangre mientras llegaban las órdenes desde arriba, no fueron informados de la falsedad del asunto, y como buenos patriotas de la picana y la violación, salieron a la caza de información para evitar que los sucios comunistas cambiaran la bandera chilena por un trapo rojo. Testimonios sobran de esto en Tres y Cuatro Álamos, Villa Grimaldi y otros centros de detención. Hombres y mujeres torturados hasta la muerte por negarse a hablar del Plan Zeta del cual nada sabían.

Con el tiempo los propios involucrados fueron develando la verdad. Entre los más importantes está el primer secretario de la junta, Federico Willoughby, quien fue el encargado de presentar a la prensa la existencia del Plan Zeta y más tarde revelaría su falsedad completa en varios medios (The Clinic, Informe Especial). Incluso señaló que ya en octubre de 1973 sabía que los documentos presentados en el dichoso Libro Blanco “carecían de todo valor”.

Más importante es el testimonio es el del ex comandante en jefe de la Aviación y miembro de la primera junta del gobierno militar, Gustavo Leigh Guzmán, quien en una entrevista concedida a Alfredo Lamadrid en el programa “Humanamente Hablando” emitido por Mega el 2001, señaló de manera clara: “El Plan Zeta nunca existió”.

La historia, que hasta esta altura suena como otro delirio más de la dictadura, no debe ser olvidada. Se inventó un plan para justificar un golpe de Estado, el exterminio sistemático de chilenos y el intento de perpetuación en el poder. Seguro que con el cuadragésimo aniversario del 11 de septiembre de 1973 no faltarán los pajarracos que volverán a cacarear la existencia del supuesto plan y agregarán que “toda mi familia figuraba en la lista de víctimas”. Tampoco faltarán las cartas al director (Hermógenes Pérez de Arce, Gonzalo Rojas y Alfonso Márquez de la Plata deben estar afilando la pluma) y los medios que intenten, de cualquier forma, justificar o darle un tamiz de verdad al peor y más grosero montaje de toda nuestra historia (supera incluso a la Guerra de don Ladislao en 1920)

Lo cierto es que sí hubo un plan, sin letra precisa, sin publicidad, sin libro blanco. No era de buen tono estar en la lista de víctimas y su objetivo en su gran mayoría eran obreros y estudiantes de sectores populares. Se ejecutó de manera implacable y hasta hoy hay cientos chilenos desaparecidos en piques mineros, cementerios clandestinos, bajo calaminas en el desierto o amarrados a rieles en el fondo del mar. Del Plan Z sabemos que todo es mentira, del plan sin nombre nunca sabremos toda la verdad

domingo, 21 de abril de 2013

Villegas reafirma tesis de que Chile vive una “revolución” y cuestiona a quienes hablan de meras “demandas ciudadanas”


20 de Abril de 2013
Dice que existen “personajes porfiados” que lo niegan

Villegas reafirma tesis de que Chile vive una “revolución” y cuestiona a quienes hablan de meras “demandas ciudadanas”

Un factor que incide a su juicio es la deslegitimación de “todos los componente esenciales del sistema de ideas y valores que sostiene el actual orden social: el lucro, el éxito medido por el dinero y la posición social, el deterioro en credibilidad de su principal confesión religiosa, el virtual desmoronamiento en la fe pública de instituciones vitales como las de la política y la justicia, el rechazo a los sistemas de salud y previsionales, por cierto al sistema educacional, a las tradiciones valóricas relativas al sexo y al género, a las normas de comportamiento cotidiano”.

El columnista y sociólogo, Fernando Villegas, reafirmó su tesis respecto a que en el país se vive una “revolución” por todas las señales que existen, cuestionando de paso a quienes hablan de meras “demandas ciudadanas” que responden a una sociedad que está cada día más empoderada.

Así lo expone en su columna en La Tercera, en donde sostiene que hay señales claras de una “revolución que se ha echado a la boca y “está en trance de aprestarse a comérsela y digerirla”.

Sin embargo, el también escritor cuestiona a quienes no creen en estas señales, afirmando que hay “quienes no desean ni siquiera oír hablar de eso se obstinan en decir que no, que cómo se le ocurre decir eso, que se está exagerando, que todo no es sino “la demanda ciudadana de un pueblo empoderado”.

En ese sentido, Villegas recurre a su conocido sarcasmo y expresa que “estos personajes porfiados podrían decir lo siguiente: “es verdad que hay una enorme mayoría de jóvenes deseando cambiar o incluso demoler el modelo, un gran contingente de gente de izquierda redescubriendo sus aspiraciones, clichés y tropismos adolescentes, partidos y/o movimientos y/o sectas que agitan todo lo que puede agitarse, un Estado débil al cual le cuesta un mundo o hasta le resulta imposible imponer el orden, un discurso ideológico deslegitimando todas las instituciones del actual sistema, valores novedosos y “progresistas” imponiendo su devocionario con cierta violencia verbal y conceptual y echando a empujones del escenario a los antiguos, un elevado grado de crispamiento político y emocional dividiendo ya incluso las familias, amen de etnias y comunidades aspirando a la autonomía y otras acercándose a lo mismo, poderes paralelos –la calle y los movimientos sociales- atreviéndose a todo, incluso a bailar zapateado americano sobre la mesa de los Honorables, en fin, que hay eso y mucho más, pero aun así eso es sólo “la demanda ciudadana de un pueblo empoderado…”.

Villegas para explicar las razones por las que algunos no aceptan lo que está sucediendo en el país, señala que un sector de la población de 50 años, que experimentó “los años de beligerancia primero, de encarnizamiento después y al final de asfixia vividos entre 1971 y 1990”.
Asimismo, agrega que otro punto es el cine que “ha ayudado  a distorsionar el entendimiento del fenómeno. A la voz “revolución” asaltan la mente imágenes sacadas de una producción dde la Metro-Goldwyn-Mayer con desquiciadas turbas callejeras asaltando la Bastilla. O la clásica y muy latinoamericana de barbudos de uniformes verde oliva entrando a la capital, ya victoriosos, montados en jeeps y disparando al aire mientras un tirano de opereta huye tras bamabilas”.

En ese sentido, el columnista explica que todas las revoluciones muestran una matriz mucho más complejas que la que muestra el cine.
Añade que en todas las revoluciones existe violencia física, pero advierte que estas son menos, ya que en el 99% de la violencia que se ejerce “en escala mayor y abarca a toda o a una gran parte de la población es más bien verbal, simbólica e institucional; consiste no en golpes, disparos o guillotinas, sino en quiebres de costumbres, liquidación de intereses y prácticas y deslegitimación de los valores y normas de comportamiento del “antiguo régimen”, todo lo cual genera cambios de fortuna personal, cierre o apertura de oportunidades, comportamientos bruscos, acciones forzadas, quiebres emocionales, desconcierto y confusión”.

Respecto al tiempo cuando una sociedad comienza a transitar por un periodo de conflicto social, Villegas expone que en el país se presentan todas.

Al respecto explica que hay una generación joven que está involucrada no sólo en marchas por la calidad de la educación o por el no al lucro, sino que “en su inmensa mayoría, aunque hijos del modelo, son hijos pródigos que no tienen interés en regresar al alero parterno”.
También sostiene que una “proporción abrumadora de la población chilena entre los 15 y 30 años aproximadamente tiene cero apego al modelo, considera necesario modificarlo radicalmente o lisa y llanamente destruirlo”.

Otro factor es la deslegitimación de “todos los componente esenciales del sistema de ideas y valores que sostiene el actual orden social: el lucro, el éxito medido por el dinero y la posición social, el deterioro en credibilidad de su principal confesión religiosa, el virtual desmoronamiento en la fe pública de instituciones vitales como las de la política y la justicia, el rechazo a los sistemas de salud y previsionales, por cierto al sistema educacional, a las tradiciones valóricas relativas al sexo y al género, a las normas de comportamiento cotidiano”.

“¿Puede realmente creerse que cuando se han juntado todos esos ingredientes, dignos de una enorme y contundente cazuela, de ellos sólo emergerá un pálido caldo de hospital? La palabra “revolución” –o etapa prerrevolucionaria, si lo prefieren- puede ser innombrable, pero no parece haber otra que se ajuste mejor a lo que se siente, se huele y se ve en el aire”.

El mapa chileno de la extrema riqueza 2013



Desde mediados de la década de los noventa hemos publicado varios libros construyendo en base a datos abiertos el Mapa chileno de la Extrema Riqueza.  El ranking de multimillonarios de Forbes 2013 entrega antecedentes más completos que en los listados de sus ediciones de los años anteriores.  Si bien son discutibles algunas cifras, el ranking proporciona una visión global del tema y permite insistir en algunas conclusiones. Una de ellas es que la familia de mayor fortuna en Chile actualmente lo constituyen los Luksic, gracias en gran medida a la dimensión alcanzada en la minería cuprífera, uno de los esfuerzos centrales de su fundador, Andrónico Luksic Abaroa.  Su dimensión se aleja de los otros grandes grupos tradicionales desde los años de dictadura, Matte y Angelini.  Luego permite apreciar la dimensión alcanzado por los holdings que tienen como centro de su actividad u origen de sus fortunas el comercio al detalle:   Cencosud y Falabella.  En esta última actúan de conjunto varios subgrupos que tienen, a su vez, sus propios desarrollos.  La rápida expansión de estos consorcios se logra por un aprovechamiento muy alto del modelo económico imperante.  Forbes incluye dos grupos no presentes en los listados anteriores:   Saieh y Yarur.  Ambos muy importantes en el sector financiero.  Saieh, además, se  transformó en el tercer mayor actor en el país del sector supermercadista, detrás de la norteamericana Wal Mart y Cencosud, así como en los medios de comunicación.  La concentración de la riqueza y sus repercusiones debe analizarse sin perder de vista que Chile sigue teniendo una muy regresiva distribución de los ingresos, como vuelve a manifestarse con los niveles de salario mínimo propuestos por el Ejecutivo.  Esto en un país dirigido directamente por uno de los multimillonarios del listado chileno de Forbes, Sebastián Piñera.


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El ranking Forbes 2013 permite un dibujo más cercano al real que en sus ediciones anteriores del Mapa de la Extrema Riqueza chileno al detallar la lista de multimillonarios residentes en el país que forman parte de su listado.  En 2012 aparecían únicamente cinco fortunas, en la nueva versión figuran catorce, al incorporar nuevos miembros e individualizar los montos pertenecientes a algunos integrantes de los grupos económicos, en un país donde el control de resortes fundamentales del aparato dominante está formado aún principalmente por familias.  Forbes incluye en su ranking a todos quienes contabiliza poseen más de US$1.000 millones, calculándolo en primer lugar a partir de los activos financieros en su poder.  Forbes señala que sus estimaciones se apoyan en valorar “las participaciones en sociedades (…) de cada uno de los individuos, a lo que suman las tasaciones de sus bienes muebles e inmuebles, obras de arte y efectivo, descontando la deuda que puedan comprobar” (10/03/13).  La fortuna acumulada de la lista de multimillonarios chilenos publicada por Forbes suma US$61.350 millones.
Listado Forbes de multimillonarios chilenos 2013
(Fuente:  Forbes.  En millones de dólares)
LugarMultimillonarioMontoLugarMultimillonarioMonto
35Iris Fontbana y flia.17.400   395Teresa Solari Falabella y flía.3.400
114Horst Paulmann y flia.  9.700   437Piero Solari Donaggi  y flía.3.100
363Bernardo Matte  3.700   458Alvaro Saieh Bendeck3.000
363Eliodoro Matte  3.700   583Sebastián Piñera2.500
363Patricia Matte  3.700   825Luis Enrique Yarur Rey1.850
363María L. Solari Falabella y flia.  3.7001.175Roberto Angelini Rossi1.200
385Juan Cuneo Solari y flia.  3.4001.342Patricia Angelini Rossi1.000
En el ranking chileno figura siempre en el primer lugar Iris Fontbona, viuda de Andrónico Luksic Abaroa, cuyas integrantes también desarrollan negocios  por separado, como ejemplifica Andrónico Luksic (hijo) socio mayoritario en el canal trece de televisión.  Su fortuna la calcula en US$17.400 millones, con una caída de US$400 millones con relación al año anterior.  La principal fuente de la riqueza del grupo proviene de su presencia en la gran minería del cobre, cuya alta rentabilidad le permitió alejarse de los otros mayores grupos económicos existentes en Chile. Su holding del sector, Antofagasta Minerals (AMSA) se encuentra junto con Codelco, entre las seis mayores empresas cupríferas del planeta, como consignó “mining.com” (16/03/13). Ello se confirma en la magnitud de los recursos líquidos que al comenzar el año 2013  tenía a su disposición.  De acuerdo a un estudio de WAC Inversiones contaba en ese momento con US$5.864 millones, constatando que el mayor aporte proviene precisamente de AMSA, que en el país posee los yacimientos Los Pelambres, Esperanza, Tesoro y Michilla. Su holding en el sector minero, está listado en el mercado bursátil londinense.
Benjamín Vicuña Mackenna, en un artículo publicado en El Mercurio de Valparaíso en abril de 1982, destacó que el 80% de las fortunas existentes provenía en ese año del comercio, minería y bancos.  Los Luksic siguen esa tradición con AMSA y el Banco de Chile, institución esta última que controlan conjuntamente con el consorcio norteamericano Citigroup.  En el área comercial está presente particularmente en la distribución de combustibles con Shell y Terpel, cuya adquisición está todavía en proceso de concretarse, después de aceptar adquirirla  -por exigencia de la  FNE-  vendiendo 61 estaciones de servicios en igual número de comunas, buscando así no aumentar más la elevada concentración existente en la distribución de combustibles.  De otra parte, tiene una fuerte presencia en los sectores industrial y de transporte[1].  Además es el accionista individual más grande de la transnacional manufacturera de cables de origen francés Nexans, donde posee el 22,41% de la propiedad, existiendo un acuerdo que le permite aumentarlo hasta un 28%.  Individualmente sus integrantes tienen actividades propias.  Por ejemplo, Andrónico Luksic controla el canal 13 de televisión, que inscribió a mediados de marzo en la Superintendencia de Valores y Seguros un aumento de capital de hasta US$424 millones.
Luego de los Luksic se ubica el grupo Matte si se suman los patrimonios de sus tres hermanos:  Eliodoro, Bernardo y Patricia, que controlan CMPC y la eléctrica Colbún, teniendo además una importante participación en Entel, entre otras sociedades.  Empresas CMPC está efectuando la mayor inversión de su historia en Brasil al llevar adelante el proyecto Guaíba II, por un monto estimado en US$2.100 millones, consolidándose entre los mayores productores de celulosa en el mundo, al igual que el grupo Angelini.  Cada uno de los hermanos posee, según Forbes, un patrimonio de US$3.700 millones,  sumando de conjunto US$11.100 millones.
Inmediatamente después figura Horst Paulmann y familia, en el lugar 114 del ranking global, con un patrimonio calculado en US$9.700 millones, controladores de Cencosud, uno de los dos mayores consorcio del país en el comercio al detalle.  The Wall Street Journal destacó que la cadena supermercadista “les pisa los talones”  en Sudamérica a las transnacionales Wal Mart Stores y Casino Groupe S.A. “Cuenta –añadió- con unas 1.045 tiendas en Sudamérica, superando las 950 de Wal Mart, que encabeza en ranking mundial sectorial” (08/03/13).  En  2012 sus ventas alcanzaron a US$19.300 millones.
El otro gran  consorcio del sector es Falabella, donde confluyen varios intereses económicos, que Forbes detalla por separado. Ellos son: María Luisa Solari Falabella, en el puesto 363 con US$3.700 millones, que junto con sus hijos formó el grupo Bethia, también de fuerte expansión; Juan Cuneo Solari y familia en el lugar 385 del ranking con US$3.400 millones; en el mismo lugar y con igual fortuna aparece Teresa Solari Falabella y familia, que conforman el grupo Corso; y los hermanos Piero, Carlo y Sandro Solari, en la ubicación 437 con US$3.100 millones.  Si se suman todo estos grandes accionistas de Falabella reúnen un patrimonio de US$13.600 millones, superior al de los hermanos Matte.  Entre los principales socios en Falabella debe agregarse, además a la tercera de las hermanas Solari Falabella, María Luisa, que actúa a través de Inversiones Auguri, participando muchas veces en conjunto con Corso; y a los dos subgrupos en que se dividió la familia Del Río.  Los ingresos consolidados de Falabella en 2012 fueron de US$12.309 millones, siendo siempre la tienda por departamentos que más vende en Chile, al registrar US$2.227 millones, mientras París y Johnson sumaron US$1.877 millones, las cuales la  superan en número de tiendas y en superficie de ventas.
La magnitud de ambos consorcios muestra la importancia adquirida por los grandes actores del comercio al detalle, extraordinariamente favorecidos por el modelo económico en aplicación.  Como otras grandes empresas del sector viven un intenso proceso de crecimiento a nivel regional.  En el caso de los supermercados, de acuerdo a la Asociación de Supermercados, en 2013 se duplicará el número de tiendas que tenían en 2006.  En 2012 sus ventas en términos reales, es decir descontado la inflación, aumentaron 7,4%.
En el presente mes, Falabella y Cencosud figuraban en el primer y tercer lugar, respectivamente, entre las sociedades de mayor patrimonio bursátil, que en publicaciones anteriores tomamos como uno de los parámetros principales para construir el Mapa de la Extrema Riqueza del país[2].  Si consideramos las doce  empresas de mayor patrimonio en Chile al 12 de marzo figuran tres sociedades controladas por capitales extranjeros (Endesa y su filial Enersis, cuyo controlador es la italiana Enel, y el español Banco Santander); los consorcios de comercio al detalle ya mencionados (Falabella y Cencosud); el Banco de Chile, en manos del grupo Luksic y el norteamericano Citigroup; CMPC, dirigido por el grupo Matte, además de Copec, Lan, BCI, AntarChile y SQM a las que hacemos referencia más adelante.
Sociedades de mayor patrimonio bursátil al 12/03/13
(Fuente:  Bolsa de Comercio de Santiago.  En millones de dólares.  (1)  Series A y B)
EmpresaMontoControlada por
Falabella28.155Grupos Solari, Del Río, Cuneo
Copec19.521Grupo Angelini
Cencosud15.862Grupo Paulmann
Banco de Chile14.663Grupo Luksic-Citigroup (EE.UU.)
SQM (1)14.562Julio Ponce Lerou
Banco Santander14.059Banco Santander (España)
Endesa Chile13.870Enel (Italia)
Enersis (1)12.217Enel (Italia)
Lan11.396Grupo Cueto
CMPC  8.308Grupo Matte
Banco BCI  8.214Grupo Yarur
AntarChile  7.614Grupo Angelini
En el ranking Forbes, después de Falabella y el grupo Paulmann, aparece Alvaro Saieh Bendeck, que irrumpió en los últimos años en el negocio de los supermercados, con la cadena SMU.  Posee también Corpbanca y la cadena de medios de comunicación Copesa, que publica La Tercera y la revista Qué Pasa.  Ocupa el lugar 463 con una fortuna estimada en US$3.000 millones.  Corpbanca durante 2012 amplió sus inversiones en el sistema bancario colombiano[3].
El presidente Sebastián Piñera fue ubicado en el lugar 589 del ranking global con un patrimonio de US$2.500 millones.  Forbes señala que desde el año precedente su fortuna habría crecido en otros US$100 millones.  Ello puede llamar la atención porque debido a los conflictos de intereses que se le producía vendió su participación en las principales empresas de la cuales disponía paquetes accionarios o controlaba[4], entre ellas Lan, Chilevisión,  Clínica Las Condes y Colo Colo.  En Chilevisión tenía su control, en Lan participaba en la dirección junto al grupo Cueto, en Clínica Las Condes y Colo Colo poseía paquetes importantes pero minoritarios de acciones.  Piñera en 2009 creó cuatro fideicomisos ciegos, entregando su administración a Celfin (adquirida posteriormente por capitales brasileños), LarraínVíal perteneciente al grupo Larraín, Bice al grupo Matte, y  Moneda Asset Management, con presencia del grupo económico Consorcio.  El editor del ranking, Kerry Dolan, explicó que Forbes efectivamente no conoce su fortuna, sino que efectúa una estimación.  “Forbes –detalló- toma como punto de partida el precio al que vendió los activos y aplica una estimación conservadora del retorno que recibe en sus inversiones.  La estimación de Forbes puede ser menor, pero preferimos ser conservadores” (10/03/13).  De sus afirmaciones queda claro que el patrimonio de Sebastián Piñera es superior al indicado.
Le siguen los hermanos Roberto y Patricia Angelini, con US$2.200 millones, monto que aparece claramente subestimado si se considera que son los controladores de Copec, la empresa que tenía el segundo mayor patrimonio bursátil en marzo de 2013, con cerca de US$20.000 millones.  Permanentemente existe polémica sobre las cifras de Forbes y otras agencias que efectúan cálculos similares.  Por ejemplo, el mexicano Carlos Slim, encabeza el ranking global  de multimillonarios en 2013 tanto de Forbes como de Bloomberg, pero los montos que le asignan varían en US$200 millones.
Finalmente, Forbes ubica en el lugar 825 a Luis Enrique Yarur Rey, que preside el banco BCI desde 1994, cuando murió su tío, Jorge Yarur Banna, precisamente el mismo día que canceló la deuda subordinada  de la institución al Banco Central.  El  BCI tiene mayoría accionaria de empresas Juan Yarur con un 53,73% del total, sociedad controlada por los hermanos Yarur Rey (Luis Enrique, Juan Carlos y Jorge Alberto).  Por su parte, el hijo de Jorge Yarur Banna, Jorge Yarur Bascuñán, posee a su nombre un 5,7% de las acciones, habiendo instruido a sus abogados para que esclarezcan “¿cómo pasé de ser el mayor socio del tercer banco de Chile, con sobre el 35% de la propiedad, a tener solo 5,7% de las acciones?”.
En un reportaje efectuado por El Mercurio sobre las familias millonarias de Chile menciona a 19, considerando sociedades con patrimonios bursátiles en febrero de 2013 sobre los US$1.000 millones, listando aquellas con su empresa matriz en Chile.  Allí aparece el grupo Cueto, cuya gravitación creció con la fusión de Lan con la brasileña Tam, dando origen a Latam, que es una de las empresas en el sector de mayor patrimonio bursátil a nivel mundial, ocupando a mediados de marzo el segundo lugar, detrás de la norteamericana Delta Airlines, con US$11.313 millones.  Y también Julio Ponce Lerou, que a través de una compleja red de empresas en cadena posee el control de SQM.  El Mercurio en su reportaje constata que había otros dos grupos muy cerca de superar la suma de US$1.000 millones de patrimonio.  Fernández León, muy fuerte en el sector de la construcción, otro de los accionistas principales de Entel y controlador de Banmédica y el de los Hurtado Vicuña, también accionistas importantes en Entel y con intereses en la mediana minería cuprífera (Pucobre) y en el área de la educación, con la cadena Santo Tomás.
Citi Research publicó un documento sobre “campeones mundiales” donde seleccionó a quince empresas de países emergentes que desempeñan un papel de liderazgo en sus respectivos sectores.  Para ser incluidos deben cumplir con tres requisitos fundamentales: tener una capitalización de mercado superior a los US$1.000 millones; contar con una de las tres mayores participaciones de mercado en un tercio de sus negocios;  y que una parte significativa de sus ingresos se produzcan en otros países.  En el listado figuran Latam y SQM.  Entre las quince seleccionó a las tres mejores, entre las cuales ubicó a SQM “dados sus activos únicos y de gran calidad en Chile (que) le permiten alcanzar buenas rentabilidades incluso cuando la demanda disminuye” (07/03/13).  SQM era una empresa estatal privatizada en los años de dictadura cuyo control lo tomó un yerno en ese momento de Pinochet, Julio Ponce Lerou, situación que no se modificó en los años posteriores y le permite explotar recursos naturales pertenecientes al país, como el yodo y el litio.
Si comparamos con el ranking de patrimonios bursátiles consignados al año 2009 en un libro destinado a analizar los efectos de la crisis económica en el Mapa de la Extrema Riqueza comprobamos que figuran las mismas empresas, cambiando eso sí de ubicación.  En ese momento el listado lo encabezaba Copec, ocupando el segundo lugar a bastante distancia Falabella.  Mucho más abajo figuraba Cencosud.  Es decir los grupos principales no se modificaron mayormente durante la administración Piñera.
La concentración de la riqueza es una de las dos caras extremas de la mala distribución del ingreso existente en el país. Lo que ella significa y representa debe confrontarse, por ejemplo,  con las condiciones de vida de quienes viven con el salario mínimo tema que el Gobierno Piñera volvió a colocar de actualidad con su planteamiento de adelantar un reajuste, que se negó a otorgar el año 2012.
Por Hugo Fazio



[1] Véase,  Indignación, causales socioeconómicas, Cenda-Lom 2011, págs.. 150-157
[2] Véase .  La crisis económica modifica el Mapa de la Extrema Riqueza, Cenda 2010;  Mapa de la Extrema Riqueza al año 2005, Lom 2005;  Mapa actual de la Extrema Riqueza en Chile, Lom-Arcis 1997.
[3] Véase, Resumen Económico Cuarto trimestre 2012,  Se profundiza la internacionalización de la economía, págs. 25-31.
[4] Véase, Un país gobernado por uno de sus dueños.  Cenda-Lom, 2011, págs.. 52-57.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Adiós a nuestra soberanía alimentaria. Bienvenidos a la dictadura de Monsanto


Adiós a nuestra soberanía alimentaria. Bienvenidos a la dictadura de Monsanto

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choclo-en-plantaxx113 votos a favor fueron suficientes para que el Senado aprobara el Convenio Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales, UPOV 91, el cual significará la privatización de las semillas chilenas y el inicio de un proceso que convertirá a la transnacional Monsanto en la dueña de nuestras semillas, alimentos y agricultura.

El monstruo Monsanto
La norteamericana Monsanto posee el control del 90% de la semilla transgénica en el mundo y se agresiva política expansiva la ha llevado progresivamente a acercarse a su objetivo de controlar la cadena alimenticia mundial, acabando con la soberanía alimenticia de las naciones. Este proceso ha seguido en America Latina un patrón mas o menos común: Monsanto se hace con el control de las semillas nativas, las modifica genéticamente y las patenta; al poseer estas mayor resistencia y productividad que las semillas orgánicas, se convierten en la mejor opción para los agriculturas en un mercado marcado por la competencia y la necesidad de aumentar la eficiencia y la productividad. Pero, como las semillas transgénicas son de propiedad de Monsanto o de las empresas controladas por este, para acceder a ellas los campesinos deben firmar un contrato con la transnacional en donde les prohíben conservar las semillas, obligándolos a volverlas a comprar en la próxima siembra, y los obligan a comprar el herbicida Roundup. Como si no fuese poco, es casi inevitable que las semillas transgénicas se crucen con las naturales, generando una nueva semilla cuya paternidad también le pertenecerá a Monsanto.
Este mecanismo ha sido convertido en norma internacional a través del Convenio Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales (Convenio UPOV), impulsado por la Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales (UPOV) controlada por Monsanto, Syngenta, Dupont/Pioneer y Bayer, y respaldada por el Estado Chileno. El UPOV así le entrega a los dueños de las semillas un poder total sobre esta y sobre quienes deseen hacer uso de ella, contando con el derecho para fijar precios, discriminar compradores y lugares de siembra.
En Estados Unidos y Canadá, así como en otros países, las normas de Monsanto deben ser aplicadas al pie d la letra para no recibir castigos. Y es que no sólo la legislación favorece a la transnacional sino que también esta ha creado una Policía de Genes, encargada de verificar que los campesinos no reutilicen las semillas y no usen herbicidas alternativos al Roundup. En caso de que alguien burle las leyes de Monsanto, el juicio es inmediato y pueden terminar hasta con la expropiación de las tierras.
Los cómplices nacionales
La aprobación del UPOV 91 ha sido fruto de un intenso lobby realizado por Monsanto a través de sus aliados chilenos. En este camino dos de los principales protagonistas han sido Chile Bio y la Asociación Nacional de Productores de Semillas de Chile (Anpros). La primera pertenece a una red internacional manejada por Monsanto, Pioneer y otras empresas, y la segunda reúne Southern Seed Productions, semillas Pioneer Chile Ltda, semillas Tuniche Ltda, Agrícola Llahuen, Anasac (distribuidor y proveedor de Monsanto) y el mismo Monsanto, que posee centros de producción en la zona central del país principalmente.
El hombre encargado de llevar la voz de Monsanto ha sido Erik Von Baer, padre de Ena Von Baer (Ministra Secretaria General de Gobierno), y dueño de "Semillas Baer", la segunda empresa mas importante de Chile en el rubro. Baer ha pavimentado el camino para la privatización de las semillas, bajo el argumento de que esto convertirá al país en el sexto exportador de semillas en el mundo y de seguir los compromisos contraidos con Estados Unidos en el marco del TLC. Y el propio Barak Obama fue el encargado de cerrar el camino trazado por Baer en su última visita a Chile.
Pero Monsanto y sus secuaces no sólo se han movido en el ámbito del lobby. En Chile el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), dependiente del Ministerio de Agricultura, es el organismo encargado de manejar las semillas (el principal productor de semillas del país), desarrollando iniciativas para hacer las semillas más resistentes y guardando un gran catalogo y un enorme banco genético. Con la llegada de la derecha al gobierno y la ofensiva de Monsanto en los últimos meses el INIA se encuentra en peligro de desaparecer, como lo han denunciado sus propios trabajadores. Más de 100 despidos se han producido en los últimos meses y los sindicatos del INIA han interpuesto una querella contra el director del INIA, Guillermo Donoso, por estar desmantelando el organismo para favorecer a las grandes empresas semilleras, especialmente a Semillas Baer, y por haber entregado de manera ilícita un catálogo de semillas a Anasac, empresa ligada a Monsanto.
El UPOV 91 y el rechazo de los campesinos y las comunidades originarias
La aprobación del Upov 91 ha provocado un inmediato rechazo de parte de campesinos y comunidades originarias. En una carta enviada a la Comisión de Agricultura de la cámara de Diputados y del Senado, Anamuri, Ranquil, Olca, Chile Sustentable, entre otras organizaciones han sostenido que el UPOV 91 privatiza las semillas, obligando los agricultores a comprar semillas todos los años y permite la confiscación de la cosecha; no garantiza la calidad de semillas a la venta; otorga a las empresas semilleras poder para prohibir el ingreso de determinadas variedades al país; y las variedades comerciales que promueve el UPOV no son resistentes al cambio climático.
Por su parte, comunidades y organizaciones de los pueblos originarios, como la Corporación Aymara Jach-a Marka Aruel Consejo Nacional Aymara, la Alianza Territorial Mapuche, entre otros, han criticado al UPOV por permitir la privatización de plantas que han sido modificadas y trabajadas por las comunidades mediante técnicas ancestrales, constituyendo un patrimonio único ahora en peligro y violando el derecho de los agricultores a seleccionar, mejorar e intercambiar libremente las semillas.
Del lado de las organizaciones ambientales, la crítica es a los nocivos efectos de las semillas transgénicas en el medioambiente y la salud de las personas. Los principales dardos apuntan hacia el Roundup, pesticida de uso obligatorio para quienes compran semillas a Monsanto. Estudios científicos como los de Don M. Huber o los de la Universidad de Caen en Francia, demuestran como el uso de este plaguicida tiene efectos abortivos y de infertilidad directos en el ganado bovino, porcino y equino, impactando directamente en la producción de eche y carne.  También produce nocivos efectos en las personas, sobretodo en las mujeres agrícolas, las que presentan problemas de embarazo, abortos e hijos con malformaciones al trabajar en zonas con Roundup.
Gracias a nuestros parlamentarios, el país se entrega a Monsanto. Nuestras semillas, nuestras plantas, nuestras tierras, nuestra soberanía alimentaria ha sido vendida a la criminal transnacional siguiendo la línea trazada por este gobierno: la privatización completa del país y de nuestros derechos.

sábado, 20 de agosto de 2011

18 de Agosto de 2011
En Hasta Agotar Stock por el Mostrador TV

Camila Vallejo: “No queremos mejorar el sistema, el sistema hay que cambiarlo”

En un diálogo franco y distendido la principal vocera de los estudiantes agrupados en la Confech hizo un balance de los más de tres meses de movilizaciones, abordó los costos que su alta exposición pública ha generado para su familia y reconoció su preocupación por los liceanos que superaron treinta días en huelga de hambre.
Cambios estructurales de fondo en el sistema de enseñanza con aportes basales a las instituciones del Consejo de Rectores para que puedan desarrollarse en su complejidad, más allá de la docencia y no con un financiamiento a la competencia, explicó Camila Vallejo como parte de las ideas centrales de los universitarios que se movilizan desde mediados de mayo por una mejor educación junto a estudiantes secundarios.

Unas 35 mil personas vieron la emisión de Hasta Agotar Stock la noche de este miércoles, con una entrevista de cerca de una hora a la presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile. Destacada por medios internacionales como La Nación de Argentina por su “belleza y liderazgo”, la dirigenta no eludió temas e hizo gala de sus atributos en un diálogo franco y directo.
“La huelga de hambre es lo que más nos preocupa”, dijo la estudiante de Geografía en El Mostrador TV por los cerca de treinta alumnos de enseñanza media y superior que completaron un mes sin consumir alimentos, explicando que se sentía “responsable indirectamente de lo que a ellos les pase”.
Por ello emplazó al Gobierno a escuchar a los jóvenes de colegios periféricos “los primeros que fueron marginados”, según planteó.

Respecto a la posibilidad de un plebiscito para zanjar los puntos más controversiales que han levantado los estudiantes en sus protestas, Vallejo sostuvo que “si no es posible solucionar el conflicto por la vía institucional vamos a tener que apostar a eso, consultarle a la gente para que ella decida”.
También reconoció que se le sindica como responsable por lo bueno y lo malo del movimiento, por ser la vocera, y que ante amenazas que sufrió, su familia, sin decirle emprendió acciones en la justicia para evitar que el tema pasara a mayores.

En cuanto a la contingencia Camila Vallejo cuestionó la nueva propuesta que el ministro Felipe Bulnes anunció horas antes desde Cerro Castillo. Según afirmó “nosotros no queremos mejorar el sistema, el sistema hay que cambiarlo” y los anuncios del gobierno apuntan a profundizar en una estructura que hace aguas.

La carismática líder sostuvo que luego de tres meses movilizados y con una aprobación ciudadana sobre el 70%, tienen una inmejorable oportunidad de cambiar definitivamente el modelo de enseñanza, “no por querer uno más bonito, si no porque concretamente fracasó”

A su juicio, la administración de Sebastián Piñera quiere “podar el arbolito, pero hay que arrancarlo de raíz”. Vallejo recalcó que ese punto es algo que sus compañeros entienden y “no es una cuestión meramente emocional”, dijo advirtiendo que el cambio de paradigma que proponen requiere necesariamente ajustes en la Constitución.