Arte y especulación. Los expertos condenan la falta de debate científico en las atribuciones, con las que los museos hacen gala de espectáculo
PEIO H. RIAÑO MADRID 02/07/2010 08:20 Actualizado: 02/07/2010 12 Hace al menos cinco años John Marciari, conservador de arte, encontró en medio de una mudanza un lienzo enorme en el que aparecía una Educación de la Virgen en los almacenes del museo de la Universidad de Yale. Cuenta que la belleza del cuadro le cautivó a primera vista. La revista española sobre arte y coleccionismo Ars Magazine anunciaba ayer que en el nuevo número se publicaría por primera vez la obra hallada y las conclusiones del conservador atribuyendo la obra a Diego Velázquez.
El mismo Marciari aclara que "sorprendentemente, existe muy escasa documentación sobre las obras sevillanas de Velázquez. La mayoría de sus primeras pinturas religiosas deben de haberse realizado por encargo, pero no se ha encontrado ningún contrato en relación con ellas", es decir, la atribución está en el aire.
Marciari subraya de su descubrimiento en dicho artículo que "será la incorporación más significativa a la obra del artista que se ha producido desde hace más de un siglo". Sin embargo, para especialistas como Benito Navarrete, profesor de la Universidad de Alcalá de Henares y discípulo de Alfonso Pérez Sánchez, el cuadro debe pasar por España para que "el Museo del Prado haga los estudios técnicos comparativos". Explicó ayer a este periódico que "la atribución debe esperar a un congreso científico. Así es como se deberían hacer las cosas".
Navarrete conoce los pasos, él mismo atribuyó el pasado año a Velázquez una Inmaculada, propiedad de la Fundación Focus Abengoa. Los análisis del cuerpo técnico de la pinacoteca demostraron, a través de pigmentos y radiografías, la mano de Velázquez y no la de Alonso Cano como se pensaba. Al respecto Navarrete confirma: "Sería fundamental que la Inmaculada, junto al cuadro de Yale se estudiaran. Nada es definitivo ni nadie tiene la última palabra. La comisión Rembrandt es un ejemplo de esto. Cuando alguien se quiere atribuir la autoridad absoluta sobre un tema es un asunto delicado. La ciencia nace del conocimiento, el debate y llegar a puntos firmes entre todos".
Valeriano Bozal, historiador del arte, especialista en Goya, admite que en este momento nadie puede hablar de atribuciones y rechaza este tipo de actuaciones que publicitan un descubrimiento antes del marchamo científico. "Así no se hacen las cosas. Los museos tienen una labor de investigación científica que hacer. No es bueno darlo a conocer a la opinión pública antes de contar con el aparato de científicos independientes que contrasten las conclusiones", afirma.
"Los medios ejercen mucho presión sobre los museos para acelerar este tipo de noticias y los museos sacan réditos de publicidad y espectáculo de estos hallazgos sin contrastar", explica. Para el catedrático "de momento sólo hay sospechas de que ese cuadro sea un Velázquez, falta un estudio de expertos en el pintor". "Es una noticia pero no es un hecho y la Historia del Arte no se hace con noticias", aclara. Además, cree que atribuirlo a la primera parte de Velázquez es muy arriesgado, porque es el periodo menos velazqueño de todos. Bozal incide en el hecho de preparar "un foro de análisis científico de carácter colectivo. Lo harán mejor que lo hizo El Prado con El Coloso".
El historiador del arte Julián Vidal publicó recientemente en la revista especializada Nolens Volens un artículo en el que analizó la manipulación del discurso científico en los museos. Explicaba que en las instituciones la investigación científica ha sido suplantada por la banalización. "El discurso ha dejado paso a las opiniones" y "el debate de los especialistas se ha sustituido por la presentación en los medios".
Vidal critica un aspecto dramático: el discurso de la comunicación avanza en detrimento de los "modos tradicionales de conocimiento", mucho más lentos y basados en la reflexión, discusión por parte de la comunidad científica. El investigador cierra su escrito con una apreciación incisiva: "El resultado es un deterioro progresivo de las prácticas museísticas esenciales, sustituidas por una vertiginosa huida hacia la presentación espectacularizada de las colecciones, y el abandono de la investigación científica como reserva del capital cultural". Si el ojo no traiciona, "esto tiene aire de Velázquez", como dijo ayer Fernando Marías. Ahora sólo falta el ojo técnico.
Noticias relacionadas
El mismo Marciari aclara que "sorprendentemente, existe muy escasa documentación sobre las obras sevillanas de Velázquez. La mayoría de sus primeras pinturas religiosas deben de haberse realizado por encargo, pero no se ha encontrado ningún contrato en relación con ellas", es decir, la atribución está en el aire.
"La Historia del Arte no se hace con noticias", dice Valeriano Bozal
A pesar de ello, el conservador da por sentada la mano de Velázquez en este lienzo dañado, pero él mismo en esta revista aclara que ha preferido presentar públicamente el cuadro en su estado actual antes de que una restauración acabe con las señas originarias. "Con el fin de debatir sobre él antes de iniciar un proceso de conservación, que puede plantear nuevos interrogantes", escribe. Marciari subraya de su descubrimiento en dicho artículo que "será la incorporación más significativa a la obra del artista que se ha producido desde hace más de un siglo". Sin embargo, para especialistas como Benito Navarrete, profesor de la Universidad de Alcalá de Henares y discípulo de Alfonso Pérez Sánchez, el cuadro debe pasar por España para que "el Museo del Prado haga los estudios técnicos comparativos". Explicó ayer a este periódico que "la atribución debe esperar a un congreso científico. Así es como se deberían hacer las cosas".
Navarrete conoce los pasos, él mismo atribuyó el pasado año a Velázquez una Inmaculada, propiedad de la Fundación Focus Abengoa. Los análisis del cuerpo técnico de la pinacoteca demostraron, a través de pigmentos y radiografías, la mano de Velázquez y no la de Alonso Cano como se pensaba. Al respecto Navarrete confirma: "Sería fundamental que la Inmaculada, junto al cuadro de Yale se estudiaran. Nada es definitivo ni nadie tiene la última palabra. La comisión Rembrandt es un ejemplo de esto. Cuando alguien se quiere atribuir la autoridad absoluta sobre un tema es un asunto delicado. La ciencia nace del conocimiento, el debate y llegar a puntos firmes entre todos".
Julián Vidal: "El discurso científico ha dado paso a las opiniones"
La labor de los museos
El artículo de John Marciari no puede considerarse una investigación apoyada en resultados técnicos, porque no los ofrece en ningún momento. El conservador hace un repaso de características de estilo, aplicando el ojo como método científico. "Sin embargo, el ojo no es un método. El ojo clínico tiene que pasar por contrastar todas las explicaciones de todos los expertos posibles", admite una investigadora que prefiere no identificarse.Valeriano Bozal, historiador del arte, especialista en Goya, admite que en este momento nadie puede hablar de atribuciones y rechaza este tipo de actuaciones que publicitan un descubrimiento antes del marchamo científico. "Así no se hacen las cosas. Los museos tienen una labor de investigación científica que hacer. No es bueno darlo a conocer a la opinión pública antes de contar con el aparato de científicos independientes que contrasten las conclusiones", afirma.
"Los medios ejercen mucho presión sobre los museos para acelerar este tipo de noticias y los museos sacan réditos de publicidad y espectáculo de estos hallazgos sin contrastar", explica. Para el catedrático "de momento sólo hay sospechas de que ese cuadro sea un Velázquez, falta un estudio de expertos en el pintor". "Es una noticia pero no es un hecho y la Historia del Arte no se hace con noticias", aclara. Además, cree que atribuirlo a la primera parte de Velázquez es muy arriesgado, porque es el periodo menos velazqueño de todos. Bozal incide en el hecho de preparar "un foro de análisis científico de carácter colectivo. Lo harán mejor que lo hizo El Prado con El Coloso".
El historiador del arte Julián Vidal publicó recientemente en la revista especializada Nolens Volens un artículo en el que analizó la manipulación del discurso científico en los museos. Explicaba que en las instituciones la investigación científica ha sido suplantada por la banalización. "El discurso ha dejado paso a las opiniones" y "el debate de los especialistas se ha sustituido por la presentación en los medios".
Vidal critica un aspecto dramático: el discurso de la comunicación avanza en detrimento de los "modos tradicionales de conocimiento", mucho más lentos y basados en la reflexión, discusión por parte de la comunidad científica. El investigador cierra su escrito con una apreciación incisiva: "El resultado es un deterioro progresivo de las prácticas museísticas esenciales, sustituidas por una vertiginosa huida hacia la presentación espectacularizada de las colecciones, y el abandono de la investigación científica como reserva del capital cultural". Si el ojo no traiciona, "esto tiene aire de Velázquez", como dijo ayer Fernando Marías. Ahora sólo falta el ojo técnico.
Noticias relacionadas
No hay comentarios:
Publicar un comentario