Sigue el endurecimiento de las restricciones:
La
medida alteraría en forma importante el negocio de las principales
entidades del sector en ese país. Tras el anuncio de "la regla de
Volcker", los mercados reaccionaron con fuertes bajas, arrastrados por
los títulos bancarios.
Jonathan Weisman, Damian Paletta y
Robin Sidel WASHINGTON.- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama,
propuso nuevas regulaciones orientadas a limitar el tamaño y las
actividades de los mayores bancos del país. Con el ex presidente de la
Reserva Federal, Paul Volcker, a su lado, Obama dijo que pretendía
endurecer las actuales restricciones al tamaño de los bancos y
obligarlos a elegir entre la red de protección que otorga el gobierno y
el a menudo lucrativo negocio de transar valores con recursos propios y
poseer fondos de cobertura o de capital privado.
Falta su
aprobaciónVolcker ha sido una de las voces más críticas de los bancos,
pero hasta hace poco los principales asesores de la Casa Blanca, como el
secretario del Tesoro, Timothy Geithner, no parecían muy convencidos.
"El contribuyente estadounidense nunca volverá a estar a merced de un
banco demasiado grande para caer", prometió Obama.Si son aprobadas por
el Congreso, las propuestas alterarán en forma significativa el negocio
de las principales entidades financieras del país. La posibilidad de que
las nuevas normas disminuyan las ganancias de los bancos hizo que los
inversionistas castigaran las acciones financieras, lo que contribuyó a
una caída de 213,27 puntos, equivalente a 2%, del Promedio Industrial
Dow Jones.
El índice cerró la jornada en 10.398,88 puntos. La acción más
vapuleada fue la de J.P. Morgan Chase, que declinó 6,6%.El destino de
la legislación, en todo caso, probablemente dependerá en buena medida de
los republicanos. Sin embargo, en un entorno político marcado por la
hostilidad hacia la banca, es posible que los demócratas sólo necesiten
convencer a un puñado de legisladores republicanos para aprobar una
variante de lo que el propio Obama bautizó como "la regla de Volcker".
La iniciativa busca que los bancos comerciales que acepten depósitos del
público no puedan invertir ese dinero para beneficio del propio banco. A
los bancos comerciales se les prohibiría poseer, invertir o asesorar a
fondos de cobertura o firmas de capital privado.
Los reguladores
bancarios no sólo tendrían la potestad de hacer cumplir dicho reglamento
sino que estarían obligados a hacerlo. "Uno puede elegir dedicarse a
negociar con recursos propios o ser propietario de un banco, pero no
puede hacer ambas cosas", aseveró un representante de la Casa Blanca.
Los bancos y los grupos que representan sus intereses atacaron la
propuesta, la que tildaron de innecesaria y poco inteligente.
Durante
los últimos años, los bancos estadounidenses han apuntalado sus
ganancias en negocios que van mucho más allá de las actividades
tradicionales de un banco como captar depósitos, conceder préstamos y
transar acciones y bonos a nombre de sus clientes. Algunos han comprado o
auspiciado fondos de cobertura. Otros han invertido su propio dinero en
los mercados. Decidiendo la dirección. Después del colapso de Lehman
Brothers y el rescate de American International Group, a finales de
2008, los bancos de inversión Goldman Sachs y Morgan Stanley se
transformaron formalmente en bancos.
Esto les permitió acceder a
préstamos de la Fed y contar con una garantía fiscal sobre su nueva
deuda en los mercados financieros. Cuando la crisis empezó a amainar,
Goldman y otras empresas se endeudaron a tasas muy bajas y generaron
jugosas ganancias al negociar con recursos propios. Esto le dio a
Volcker y sus aliados nuevos argumentos para respaldar la iniciativa.
"Lo importante es que las instituciones que cuenten con el respaldo del
gobierno no puedan generar ganancias de sus propios recursos", manifestó
Austan Goolsbee, economista de la Casa Blanca y miembro del comité
presidencial encabezado por Volcker.
Funcionarios del gobierno dijeron
que los nuevos reglamentos obligarán a grandes instituciones como J.P.
Morgan Chase y Bank of America a decidir la dirección de sus negocios.
Insistieron, sin embargo, que la medida no constituye una versión
remozada de la ley Glass-Steagall, que separó durante décadas a los
bancos comerciales de los de inversión y que fue derogada a finales de
los años 90.
LA INICIATIVA busca que los bancos comerciales que acepten
depósitos del público no puedan invertir ese dinero para el beneficio
propio del banco, ni poseer, asesorar o invertir en fondos de
cobertura.
Viernes 22 de Enero de 2010
El Mercurio
sábado, 29 de octubre de 2011
La Casa Blanca propone limitar el tamaño de bancos de EE.UU.
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