24 de Noviembre de 2010
Ministro Zepeda hizo reconstitución de escena en el recinto asistencialEl ex oficial Ramón Cáceres, aseguró que mientras el ex ministro de Allende se encontraba el hospital de la Fuerza Aérea siendo interrogado, llegó quien fuera el encargado del centro de torturas Villa Grimaldi, Marcelo Moren Brito y Raúl Iturriaga Neumann, quien llegaría a ser el jefe del Departamento Exterior del servicio represivo, a quienes se lo entregaron, siendo la última vez que lo vio con vida. Estos dos últimos militares fueron careados con Cáceres, pero negaron su participación en los hechos. En todo caso, la pista comienza a cobrar sentido.
por Jorge Molina Sanhueza
Un coronel en retiro de la FACh acusó a dos ex agentes de la DINA de llevarse a José Tohá al hospital militar, donde apareció colgado en el closet de la habitación 303, donde supuestamente se habría suicidado en 1974.
Según el ex oficial aéreo Ramón Cáceres, mientras Tohá estaba siendo interrogado en el hospital de la FACh, llegaron al lugar Marcelo Moren Brito y Eduardo Iturriaga Neumann, quienes ocuparon importantes puestos en el servicio represivo. Ambos están condenados en varias causas por violaciones de derechos humanos.
Cáceres reconoció que después del golpe militar –a la sazón con el grado de teniene- le correspondió trabajar como actuario junto al entonces fiscal Oteíza, en el marco del proceso por traición que se inició en la Academia de Guerra Aérea (AGA), conocido por el rol 1-73.
De acuerdo a su versión, mientras interrogaba a Tohá, quien se encontraba en malas condiciones de salud, luego de pasar varios meses en el campo de prisioneros de Isla Dawson, donde fueron recluidos los máximos dirigentes de la Unidad Popular.
Cobrar sentido
En un primer momento el testimonio de Cáceres no tuvo el peso específico para constituir una prueba, debido a que está procesado por las torturas en la AGA propinadas a Tohá y condenado en otro también relacionado con el centro de detención, lo que le restaba credibilidad.El ministro que sustancia el proceso, Jorge Zepeda, de hecho, interrogó a Iturriaga y Moren Brito, quienes negaron la aseveración de Cáceres, manteniendo la misma versión cuando se realizó el careo respectivo.
Sin embargo, la pista ha comenzado a cobrar sentido en las últimas semanas para el magistrado, quien además ordenó exhumar el cuerpo del ex ministro de Allende, luego de un peritaje privado que ordenó la familia al médico legista Alfonso Chelén. Este último fue quien encontró el cuerpo de Tohá en el centro asistencial Castrense y sostuvo en su declaración ante Zepeda que no se trató de un suicidio, sino de un montaje para encubrir un homicidio.
“Algo que no voy a olvidar es el estado extremo de caquexia en que se encontraba el señor Tohá, un estado de desnutrición irrecuperable…por tal razón considero imposible que él se hubiera suicidado ahorcándose por sus propios medios”, dijo en su indagatoria ante el magistrado.
Mapeo judicial
En la misma línea, Zepeda ayer realizó la reconstitución de escena en el Hospital Militar, donde estuvieron presentes una serie de conscriptos que a la fecha de ocurridos los hechos trabajan como enfermeros y camilleros y peritos de Investigaciones. La idea del juez es establecer el recorrido de Tohá en el centro asistencial y fijar el sitio del suceso como una forma de acreditar que su muerte se debió a la acción de terceros.La muerte de Tohá tiene una ligazón con el proceso que tramita el ministro Alejandro Madrid, por el homicidio del ex Presidente Eduardo Frei. Sucede que al momento de la muerte de el ministro, el médico Patricio Silva Garín, quien está procesado en el caso Frei, ya que operó al ex Mandatario que falleció en 1982 en la clínica Santa María, era el subdirector del Hospital Militar.
Al diario La Segunda, Silva Garín explicó que Tohá se suicidó y que en ningún caso fue asesinado. Sin embargo, en esa misma línea, quien firmó la autopsia fue el doctor Alfredo Vargas, entonces director del Servicio Médico Legal (SML).
De acuerdo al sitio Ciper Chile Vargas también visó otras necropsias falsas. Por ejemplo, la del ex agente de la DINA Manuel Jesús Leyton. Respecto de este último, casi treinta años más tarde, se comprobó que fue asesinado por gas Sarín, al igual que el diplomático español Carmel Soria, donde Vargas hizo lo mismo.
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